LA INVASIÓN NORTEAMERICANA. CRONOLOGÍA 1835 - 1848 .
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Rafael Urista de Hoyos / Cronista e Historiador

1836-Abril 21
Creyendo, ingenuamente, Santa Anna que los texanos de Houston ya estaban en plena retirada y en actitud de rendición, se entrega irresponsablemente al reposo junto con sus tropas junto al Río San Jacinto, quedando el ejército mexicano en pésima posición, con pantanos a la retaguardia y un bosque al frente que ocultaba y servía de defensa a los texanos y aún en tales condiciones, se entrega al reposo sin preocuparse ppr la vecindad de los rebeldes de Houston y hoy es sorprendido vergonzosamente, hecho prisionero y derrotado por completo, quedando aniquilado su ejército; pues hubo quinientos muertos y seiscientos prisioneros entre los que se contaban todos los jefes incluyéndolo a él, escapando apenas unos setenta y nueve hombres.
En cuanto al general presidente, a quien los texanos quisieron fusilar a raíz de su aprehensión siendo salvado por Houston quien sabía que tanto a él como al gobierno estadounidense les convenía más un Santa Anna vivo que muerto, éste no pudo observar una conducta más vil y cobarde. Se humilló ante la altanería los texanos, reconoció la independencia de Texas, conviniendo en no tomar las armas contra ella, escribió al nefasto Andrew Jackson, presidente estadounidense en ese momento, ofreciéndole trabajar por la paz, y a Houston que conferenciaría con el gabinete de Washington a fin de que Texas fuera admitida en la Unión Americana y se hiciera el arreglo de límites entre México y Estados Unidos en las condiciones que ellos establecieran. Finalmente el esclavista Jackson, después de haber obtenido de Santa Anna lo que él quiso y como él lo quiso, le proporcionó una goleta de guerra para hacer el viaje a Veracruz sin ser molestado llegando a México ostentándose como triunfador y delegando las culpas del fracaso de Texas a sus subalternos.
Pero antes de terminar este vergonzoso pasaje de la historia de México, quiero hacer referencia a lo que vendría a ser la cereza en el pastel santanista, pues existen versiones un tanto ocultas por la historia oficial, de que Antonio López de Santa Anna se comprometió a apoyar secretamente la próxima invasión de México por los Estados Unidos que le fue anunciada por Jackson; mediante una gratificación, llamémosle así, en metálico que podría ascender hasta un millón de dólares. Y por la actuación de Santa Anna en esa cobarde agresión angloamericana casi podemos asegurar la veracidad de esa versión; desde luego que el gobierno estadounidense no le cumplió a Santa Anna lo prometido y mucho menos accedió cuando este cínico les pidió un “adelantito” por su futuro trabajo.
Abril 28
Hoy por medio de un tratado, Texas pasa a formar parte de los Estados Unidos, faltando solamente la aprobación del Congreso de los Estados Unidos. En vista de ello, el ministro de México en Washington, don Manuel Eduardo Gorostiza, pidió sus cartas de retiro y volvió a la ciudad de México.
La expansión territorial de los Estados Unidos a raíz de su independencia se estaba realizando con asombrosa rapidez y sin tropiezo. Habían adquirido el territorio de La Luisiana pagando a Napoleón quince millones de dólares, en 1803; el territorio de Oregón en el norte por medio de exploraciones e invasiones de conquista, y la península de La Florida por compra hecha a España en cinco millones de dólares y con la condición que dejaran en paz a la isla de Cuba; pero su bestial sed de territorios no se saciaba, y la lucha de predominio político entre el sur esclavista y el norte antiesclavista, dio por resultado la independencia y posterior anexión del Estado de Texas.
Mayo 14
Hoy en el puerto de Velasco Texas, el general Santa Anna, estando cautivo de las fuerzas texanas de Sam Houston y a cambio de que se le perdonara la vida y se le liberara, firma con aquellas los llamados Convenios de Velasco, comprometiéndose a reconocer la total independencia de Texas con respecto de la República mexicana, amén de otros vergonzantes compromisos en su carácter de Presidente de la Repùblica mexicana. Estos llamados convenios, que inicialmente se celebraron en forma secreta, fueron firmados también por el supuesto presidente de la república de Texas, David. G. Burnett, su secretario de estado James Collinsworth, el secretario de Hacienda Bayley Hardeman y el procurador general P.H. Grayson, todos estadounidenses designados por el presidente de los Estados Unidos el esclavista Andrew Jackson, y cuyos vergonzantes artículos son:
1 º.- No volverá (Santa Anna) a tomar las armas, ni influir para que se tomen contra el pueblo de Texas.
2ª.- Dictará sus providencias para que en el término más preciso salga del territorio de Texas la tropa mexicana.
3ª.- Preparará las cosas en el gabinete de México para que sea admitida la comisión que se mande por el gobierno de Texas, a fin de que por negociaciones sea todo transado y reconocida la independencia que ha declarado la convención (texana).
4ª.- Se celebrará un tratado de comercio, amistad y límites entre México y Texas, no debiendo extenderse el territorio éste último más allá del Río Bravo del Norte.
5ª.- Siendo indispensable la pronta marcha del general Santa Anna para Veracruz para poder ejecutar sus solemnes “juramentos”, el gobierno de Texas dispondrá su embarque sin pérdida de tiempo-
6º.- Este documento, como obligatorio a cada parte, deberá firmarse por duplicado, quedando cerrado y sellado hasta que, concluido el negociado, sea devuelto en la misma forma a S, E. el general Santa Anna; y sólo se hará uso de él en caso de infracción por una de las partes contratantes.
Nota: Los límites de Texas al sur y al oeste fueron entonces fijados en el Río Bravo desde su desembocadura hasta su fuente en el Golfo de México, siendo así reconocidos por el presidente mexicano y sus jefes, retirándose sus tropas a la margen occidental del Río.
1845
Marzo 1º
El Congreso de los Estados Unidos aprueba el tratado de anexión del territorio de Texas por votación de 120 a favor y 98 en contra.
Abril 17
Después de la aprobación por el Congreso angloamericano de la agregación de Texas a sus territorios, el gobierno estadounidense pretendió que sus límites llegaban hasta el Río Bravo del norte, siendo que los verdaderos linderos de dicho territorio jamás habían pasado del Río Nueces, muchos kilómetros al norte del Río Bravo. De aquí se originó una larga controversia de mala fe por parte de los norteamericanos (en adelante así llamaremos a los angloamericanos ya que, de esa manera, aunque errónea, son conocidos universalmente) que por lo pronto mandaron tropas hasta la ribera del Río Bravo invadiendo así territorio netamente mexicano, y obrando con la mayor perfidia, fingían que era México el que invadía sus supuestas posesiones, haciéndolo así pasar como agresor.
Lo que se quería realmente era provocar la guerra por la que estaban grandemente interesados los Estados del sur de la Unión a fin de adquirir nuevos territorios, que pudieran convertirse en Estados en que dominara la esclavitud, para preservar su dominio en el gobierno norteamericano; pero como la mayoría del pueblo de los Estados Unidos no era esclavista ni partidario de una guerra de conquista, de aquí que, previendo la oposición que encontraría de parte de sus gobernados, el presidente James Knox Polk procuraba dar el carácter de medidas defensivas a sus primeras disposiciones militares. Después de obtenida la declaración de guerra, aparentó no desear más que la posesión pacífica del territorio agregado, y cuando por fin ocupó la ciudad de México, hizo comprender a sus paisanos de que no podría obtener otra indemnización de los gastos de guerra y sangre en ella derramada, que una cesión de territorio, logrando así el propósito perseguido desde un principio; eso pensaba él.
El gobierno norteamericano, para mejor disfrazar sus ocultas intenciones, fingiendo desear la paz, enviaron al señor John Slidell con el indebido cargo de ministro plenipotenciario; naturalmente México no lo quiso recibir como tal sino como enviado especial extraordinario, por hallarse interrumpidas las relaciones entre los dos países, y a tratar con él, sin antes no eran retiradas las tropas estacionadas en el Río Bravo y las fuerzas navales que se habían presentado en nuestros puertos; todo eso, previsto ya por los gringos, dio pie para anunciar que era México el no quería la paz.
Mayo 27
Hoy el Congreso mexicano condena al general Antonio López de Santa Anna a sufrir la pena de confinamiento en la República de Venezuela, condena que le fue impuesta por su fracaso en la campaña de Texas y por la firma del Tratado de Velasco, donde reconoció la independencia de Texas así como varios compromisos inadmisibles por el gobierno mexicano.
DICIEMBRE 14
El presidente mexicano, general José Joaquín de Herrera, ante tan grave situación y con el erario falto de recursos. Venciendo innumerables obstáculos, logró reunir un cuerpo de ejército de más de seis mil hombres que puso a las órdenes del general Mariano Paredes y Arrillaga, a pesar de que éste se expresaba de la peor manera del gobierno, y que ya había desobedecido algunas de sus órdenes, con el fin de que saliera inmediatamente a la frontera norte a resguardar la integridad del suelo patrio. Entre tanto los Estados Unidos ordenaban al general Zacarías Taylor que avanzara con sus fuerzas acercándose a la frontera mexicana, por lo que ocupó con parte de ellas San Antonio y acampó con el resto Corpus Christi.
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