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LA INVASIÓN NORTEAMERICANA. CRONOLOGÍA  1846-1848 (6) (Séptima Parte)                                

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  • 23 nov
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Rafael Urista de Hoyos / Cronista e Historiador


FEBRERO 27    1847

  COMBATE Y TOMA DE VERACRUZ.

 

El gobierno de los Estados Unidos, dándose cuenta que la invasión por el norte de México se presentaba con muchas dificultades, cambió su plan de campaña y formó otro ejército al mando del general Winfield Scott, el que ayudado por varios buques de guerra bloqueo el puerto de Veracruz.  El presidente Gómez Farías, al tener conocimiento de esa amenaza, ordenó la formación de unos batallones compuestos por jóvenes de cierta categoría pertenecientes al partido liberal moderado a los que el pueblo llamó “polkos”.  La gente les puso ese mote porque se la pasaban organizando fiestas donde se bailaba la polka, un baile centroeuropeo muy de moda entre la gente pudiente de la ciudad de México.

  Se formaron dos batallones: el Victoria y el Independencia los que formaban un contingente de tres mil trescientos hombres, al que se le ordenó marchar a Veracruz a reforzar la defensa de aquel puerto.  Pero movidos por el clero y acaudillados por los generales santanistas Mariano Salas y Matías de la Peña y Barragán, se sublevan contra el gobierno al grito de “¡Muera Gómez Farías!  ¡Mueran los puros!, y secundados por otros grupos desconocen al gobierno y declarando nulos los decretos sobre ocupación de los bienes del clero, que el presidente interino Valentín Gómez Farías había decretado con la intención de reunir fondos para afrontar la invasión extranjera.  Entonces se trabaron combates en las calles de la capital, a los que iban los polkos cargados de medallas y escapularios, como si se tratara de una cruzada.


MARZO 8 y 9     1847

 

Desde diciembre de 1846 se aumentó el número de buques de guerra norteamericanos frente al puerto de Veracruz, y a principios de marzo de 1847 comenzaron a llegar las tropas de desembarco.  Estas y el material de guerra venían directamente de Nueva Orleans, Brazos de Santiago y Tampico, y de la isla de Lobos, situada como a 60 leguas (unos 240 kilómetros) al noreste de Veracruz, cerca de Cabo Rojo, y último punto de reunión y de partida del ejército puesto a las órdenes del general Winfield Scott para las nuevas operaciones contra México.  Fueron 163 los transportes empleados en tal movimiento: el boletín de Veracruz dice que el 4 de marzo fondearon en “Anton Lizardo” 14; el 5 de marzo otros 8 y en los siguientes tres días siguieron fondeando buques hasta completar el número de 76, en su mayor parte transportes.  La escuadra estaba a las órdenes del comodoro Connor, a quien relevó días después el comodoro Perry.

  Practicados del 5 al 8 de marzo algunos reconocimientos a corta distancia de la costa, a las siete de la mañana del día 9 comenzó el enemigo a moverse de Anton Lizardo sobre la isla de Sacrificios, donde fondeó toda la escuadra a las 2 y media de la tarde; y a las cinco empezó a efectuarse el desembarco en la playa entre Collado y Mocambo, atracando mu de cerca, frente a Collado, tres vapores y cinco goletas que protegieron la operación, efectuada en botes de la escuadra, dirigiendo algunos cañonazos a la caballería de la guardia nacional, sin que la plaza pudiera impedir o entorpecer siquiera el desembarco, por carecer de las fuerzas volantes y de los más necesarios elementos de defensa, como consecuencia principalmente del escandaloso y criminal proceder de los polkos que se formaron para la defensa de Veracruz, y en lugar de eso volvieron sus armas contra el gobierno de la nación.

 

MARZO  13    1847

 

Las tropas anglosajonas, mandadas por el general Winfield Scott, ascendían a 13,000 hombres, los que inmediatamente procedieron a hacer un campamento fortificado en las cercanías de Veracruz.  El comandante de Veracruz y San Juan de Ulúa, que lo era el general don Juan Morales, sólo disponía para defender el puerto y la fortaleza de cuatro mil novecientos treinta hombres, y el estado de la plaza era lamentable; pues muchas de las piezas de artillería se hallaban desmontadas y las fortificaciones completamente deterioradas.  Los invasores estaban al mando de los generales Scott, Worth, Twiggs, Patterson, Philow y Quitman.

  A no ser por el patriotismo de los ciudadanos de Veracruz, la plaza no hubiera podido hacer resistencia, pues no se pagaba a la guarnición, los oficiales estaban a ración de tropa; casi todos los hombres se alistaron en la guardia nacional; las mujeres cosían saquetes y cartuchos de cañón y preparaban sábanas, vendas y demás artículos para el cuidado de los heridos, y todas las poblaciones del Estado mandaban hombres, dinero y víveres, en tanto que el gobernador don Juan Mújica y Osorio, facilitó de su peculio veinte mil pesos para la defensa, y el ayuntamiento respondía con sus fondos de cuanto la comandancia militar necesitara para sus movimientos de defensa.


MARZO  20   1847

 

Como para la resolución de aquella infame y antipatriótica asonada, polkos y puros esperaban que Santa Anna se inclinara por su partido, y para adularle celebraron como una gran victoria la batalla de La Angostura.  Los combates en las calles de la capital duraron más de quince días, mientras los invasores atacaban Veracruz, a la que se dejó perecer sin prestarle ayuda.  El tiroteo en la capital sólo terminó a la llegada de Santa Anna después de su maquinación y huida de La Angostura.  Al llegar y hacerse cargo del gobierno, suprimió la vicepresidencia para excluir a Gómez Farías, y colocó en la administración a muchos personajes del partido moderado, que era dirigido por la clerecía y autora de aquel asqueroso e indigno cuartelazo.

  El clero, para conseguir la derogación de las leyes de ocupación de bienes de manos muertas, entregó a Santa Anna dos millones de pesos en calidad de préstamo; mismos que antes le negaron a Gómez Farías.  Y así, mientras que en la capital Santa Anna y sus aliados los jerarcas católicos, celebraban sus inexistentes campañas victoriosas, en el puerto de Veracruz un puñado de patriotas mexicanos sucumbía ante la superioridad numérica y armamento de los invasores angloamericanos.

  Entre tanto, los proyectos de ocupación de los invasores en la región colindante de los Estados Unidos, se desarrollaban sin grandes dificultades:  El 27 de diciembre de 1846 el coronel Doniphan ocupaba Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) y el 1º de marzo de 1847 después de la infructuosa resistencia de los mexicanos californianos en Bracitos y Sacramento, entraba en Chihuahua.  El general Kearnay, invadía Nuevo México desde agosto de 1846, y aun cuando las poblaciones de aquellos territorios hacían una heroica resistencia, sucumbían al fin por falta de elementos.  El mismo año se presentaba el general Freemont en la Alta California, ocupando San Francisco el 9 de julio, con la ayuda de la escuadra comandada por el comodoro Sloat, declarando aquellos territorios como parte integrante de los Estados Unidos abanderados infamantemente por esa aberración del “Destino Manifiesto” que los fantasiosos padres fundadores (los llamados Pilgrins) desde el año 1620, que llegaron en calidad de náufragos a las costas norteñas de América, declararon a todo el continente como parte integrante de su próxima nación, y que los gringos actuales piensan, convenientemente, que su país es toda la América.

  MARZO  22   1847

  El 13 de marzo se completó la circunvalación de toda la plaza, y aunque hubo varias escaramuzas con objeto de evitar los trabajos del enemigo, éste no rompió formalmente sus fuegos sino hasta el 22 por la tarde, después de que el general Morales respondió la intimación que se le hizo, para que entregara la plaza a las fuerzas de los Estados Unidos, manifestando estar dispuesto a defenderla hasta la última extremidad.  El bombardeo duró seis días, causando graves perjuicios a la población especialmente a los hospitales, asilos y cuarteles.  Los víveres casi habían concluido, los constantes disparos del bombardeo de día y de noche, producían frecuentes incendios, y gran parte de la gente pacífica había perdido su casa, sin quedarle más que la ropa que vestía.


MARZO  27   1848

 

Los defensores, sin esperanza de recibir auxilio ni de poder efectuar una salida siguieron desafiando la muerte, hasta que, habiéndose negado una tregua solicitada por los cónsules defensores, y teniendo una pérdida los mexicanos de mas de mil hombres entre muertos y heridos, y elevándose los daños causados en edificios y mercancías a cinco millones de pesos, se convino en una capitulación el 27 de marzo, constando de los siguientes artículos:

1º - Toda la guarnición se rendirá al ejército de los Estados Unidos en calidad de prisioneros de guerra, el 29 del corriente a las diez de la mañana:  se les concederá salir con los honores de la guerra, y entregarán las armas a los oficiales de dicho ejército.

2º - Los oficiales mexicanos conservarán sus armas y equipaje, inclusive caballos y útiles de montar:  se les concederán a los del ejército como a los voluntarios, y también a la tropa, cinco días para retirarse a sus casas.

3º - Al mismo tiempo de la entrega de las armas, se arriarán las banderas mexicanas de los baluartes y demás puntos al saludo de sus baterías respectivas; e inmediatamente después, los baluartes de Santiago y Concepción y el Castillo de San Juan de Ulúa serán ocupados por las fuerzas de los Estados Unidos.

4º - El destino de los prisioneros después de la entrega de armas queda al arbitrio de su general en jefe; dando los oficiales la palabra acostumbrada de que ni la tropa ni ellos mismos volverán al servicio mientras no sean debidamente canjeados.

5º - Todo el material de guerra y todo género de propiedades públicas en la ciudad, Castillo de San Juan de Ulúa y dependencias, pertenecen a los Estados Unidos; pero el armamento que no se destruya puede ser devuelto a México al celebrarse un tratado de paz definitivo.

6º - Se permitirá a los enfermos y heridos mexicanos permanecer en la ciudad con los médicos militares y asistentes necesarios.

7º - Se garantiza protección absoluta a las personas y propiedades en la ciudad: y claramente se sobreentiende que ningún edificio y propiedad particular puede ser tomado ni usado por las fuerzas de los Estados Unidos sin previo arreglo con el propietario y por su justo precio.

8º - Se garantiza solemnemente libertad absoluta respecto del culto y ceremonias religiosas.

  Por lo que se permitió a la guarnición que, después de rendir sus armas, saliera con todos los honores de la guerra, protestando los oficiales no combatir en tanto no fueran canjeados.  El día 29 hicieron los agresores su entrada a Veracruz, y el estado de la población era tan miserable, que el general Scott mandó dar diez mil raciones a los pobres.


ABRIL  1º   1848

 

El general Santa Anna no sólo reprobó aquella capitulación, sino que puso presos a los generales que la firmaron, y se atrevió a asentar en sus memorias que el general Morales se rindió “sin probar combate”, cuando Scott, en un manifiesto publicado en Jalapa poco después, dijo que el comportamiento de la guarnición en la valiente defensa que hizo de Veracruz, había sido heroico y que había resistido “más allá de lo que podía esperarse, con una decisión admirable”.  Sin embargo, Santa Anna, diciendo que iba a lavar la deshonra de Veracruz, salió de México y se dirigió a Jalapa a ponerse al frente del ejército, dejando como Presidente Interino de la República al general don Pedro María Anaya, quien tomó posesión el 1º de abril.

 

                                                                                                            Continúa en la octava parte.         

 

 

 
 
 

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