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LA INVASIÓN NORTEAMERICANA – CRONOLOGÍA  1836 A 1848  ( 3a. Parte)

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  • 26 oct
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Rafael Urista de Hoyos / Cronista e Historiador

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1846-Marzo  25

 

Entretanto, aun sin previa declaración, la guerra entre México y los Estados Unidos prácticamente ya había comenzado.  El gobierno norteamericano, sabedor que en México el presidente Herrera enfrentaba una nueva sublevación liderada por el traidor general Paredes y Arrillaga, ordeno al general Zacarías Taylor, que desde el año pasado  había acampado en Corpus Christi, avanzara con sus fuerzas sobre el Río Bravo, y en cumplimiento de tal órdenes, hoy llega hasta el Frontón de Santa Isabel, y tres días después acampa frente a Matamoros, Tamaulipas, construyendo el Fuerte Brown, que había de dar origen a la actual población de Brownsville; los invasores ya estaban en territorio mexicano.

  Mayo  8   Primer enfrentamiento de la guerra.  Palo Alto, Tamaulipas.

  Al avanzar las fuerzas norteamericanas de Taylor, la caballería exploradora mexicana se replegó sobre Matamoros donde se reunieron cinco mil doscientos hombres con veintiséis cañones, bajo el mando del general Mariano Arista, nombrado general en jefe.  Este formó el plan de cortar las comunicaciones por sorpresa de los invasores, entre el Frontón Santa Isabel y el fuerte Brown.  Para realizar este plan era necesario atravesar el Río Bravo, pero la falta de embarcaciones hizo que se perdiera en esta maniobra un día entero, por lo que no fue posible ni sorprender al enemigo ni cortar sus comunicaciones.  Y así el jefe invasor pudo reunir sus fuerzas en el Frontón Santa Isabel, encontrándose ambos ejércitos, el norteamericano, con dos mil trescientos hombres y veinte cañones, y el mexicano, con tres mil hombres y doce cañones, en la llanura de Palo Alto este día 8 de mayo de 1846.

  La acción comenzó a las dos de la tarde con cañoneo vivísimo.  Pareció ser el objeto de Taylor tomar el camino de Matamoros o del fuerte; la táctica de Arista se encaminó a impedir tal movimiento, y el enemigo se mantuvo casi a la defensiva, ejercitando continuamente su artillería, protegida por la mitad de su infantería y por toda la caballería, situándose el resto de sus fuerzas a más de dos mil varas del lugar del combate.  Arista mandó al coronel Torrejón cargar con la mayor parte de la caballería por nuestro flanco izquierdo, en tanto que por el derecho se daría otra carga con varias columnas de infantería y el resto de la caballería.

  Pero el fuego de cañón de la línea contraria y la existencia de un pantano hicieron ineficaz la primera de estas operaciones, y obligaron a aplazar la segunda.  Al grueso de nuestros cuerpos se les permitió cargar en unión de un núcleo de caballería a las órdenes del coronel Montero, pero no se logró que el enemigo se replegara sobre sus reservas; y, viniendo ya la noche, terminó a las siete el combate, quedando cada ejército en su campo respectivo y a la vista del otro.  Las pérdidas mexicanas ascendieron a 252 hombres entre muertos, heridos y dispersos.  El comandante general de artillería, Requena, calculó en tres mil los disparos de cañón del enemigo, y en 650 los de la artillería mexicana.  Los invasores, por su parte, y debido al superior alcance de su artillería, sólo tuvieron cuarenta muertos y sesenta y cinco heridos.

  En resumen, la batalla de Palo Alto se redujo para las fuerzas mexicanas a estériles tratativas de cortar y envolver a los norteamericanos, y para éstos la conservación de sus posiciones y al fuego de su artillería con que imposibilitaron todo ataque formal de parte nuestra, diezmando y desmoralizando hasta cierto punto al ejército de Arista, sin crear tampoco perder terreno.  Acaso bajo el punto de vista de nuestros vecinos, Taylor haya calificado de atinada esa función de armas (su artillería) cuando al día siguiente se refería continuamente “el cañoneo de ayer”.

Mayo  9             Batalla de Resaca de Guerrero.

  Arista se movió con sus fuerzas hacía el sur en la mañana del día 9 sin ser detenido ni molestado, y con ánimo ya, según parece, de concentrarse en Matamoros, aunque no sin alentar la suerte de un nuevo combate.  Juzgó que le ofrecía ventajas para ello el punto llamado Resaca de Guerrero ( y que los invasores llaman Resaca de la Palma),  ya que este lugar estaba cortado por una barranca grande y tenía bosques y agua estancada a los lados.  Antes del mediodía determinó el general Arista esperar allí a Taylor, que se había movido de Palo Alto en seguimiento suyo.  Taylor se atrincheró en la noche con sus carros, y en una junta de guerra muchos de sus jefes opinaron por replegarse al Frontón de Santa Isabel; prevaleciendo, sin embargo, la voluntad de Taylor de seguir avanzando hasta el fuerte Brown.

  Arista incurrió en el error de que Taylor no atacaría esa misma tarde, ni menos en la noche, y, en consecuencia, fueron desenganchadas las mulas de los cañones, descargado el parque (municiones) y tomadas algunas otras disposiciones cuyo efecto resultó funesto a la hora de la refriega.  Entre los comandantes mexicanos no se tenía idea de la celeridad de movimientos del enemigo:  un cuerpo de infantería ligera, había sido destacado a Matamoros desde temprano; y el grueso a las órdenes inmediatas del propio Taylor, se puso en marcha más tarde con la idea de sorprender a los mexicanos, que confiados en que no serían atacados ese mismo día, se encontraban desprevenidos y prácticamente desarmados siendo atacados antes de que llegara la noche.

  Taylor relata así la batalla: “Mi avanzada descubrió que una barranca a través del camino estaba ocupada por el enemigo con artillería.  Inmediatamente ordené que una batería de campaña, flanqueada y sostenida por tres de nuestros regimientos, desplegados a guerrillas a derecha e izquierda, fuese a tomar la posición.  Hubo durante algún tiempo fuego de artillería enemiga, hasta que las baterías enemigas fueron tomadas sucesivamente.  El enemigo fue desalojado de su posición, y perseguidos por un escuadrón de dragones hasta el río.  Nuestra victoria ha sido completa, quedando en poder nuestro 8 piezas de artillería con gran cantidad de municiones, 3 banderas y unos 100 prisioneros, entre ellos el general Vega (Rómulo Díaz de la Vega) y algunos oficiales. El resto del ejército enemigo ha pasado el río, y estoy seguro qué no volverá a molestarnos en esta orilla”.

  La derrota en Resaca de Guerrero a causa de la ineptitud e irresponsabilidad del comandante mexicano general Mariano Arista, estaba anunciad desde un principio;  el lugar estaba mal elegido: la artillería mexicana no podía disparar sin herir a la infantería; muchos cuerpos de infantes se quedaron sin tomar parte en la acción, por la topografía del terreno; no había reservas, y la izquierda de la línea de batalla, que fue la que verdaderamente es invadida por el enemigo, carecía de resguardo y de los defensores necesarios;  para colmo de la impericia y el descuido, las tropas mexicanas hacía treinta horas que no tomaban alimento, y el general Arista, no obstante de los repetidos avisos de la aproximación del enemigo, se obstinó en creer que se trataba de simples reconocimientos y escaramuzas y no dictó órdenes, creyendo que Taylor no atacaría sino hasta el día siguiente, ni salió personalmente a la línea de fuego, sino cuando el combate se había convertido en la más espantosa derrota, dispersándose el ejército mexicano con pérdida total de Artillería y municiones.

Mayo  18

 después de un consejo de generales y oficiales, a abandonar la plaza, por haberse declarado indefendible con tan pocos elementos, por lo que hoy se evacúa la plaza, dejando abandonados a los heridos, algún armamento de infantería, municiones y tres cañones, que cayeron en poder del enemigo.  Después de estos sucesos, se mandó procesar al general Arista, retirándose las fuerzas mexicanas hasta Monterrey, poniéndose al frente de ellas el general Pedro Ampudia, nombrado General en Jefe.

Mayo  20

  La conducta del país en general, y particularmente de los militares, en tan críticas circunstancias, fue verdaderamente criminal y escandalosa;  pues continuaron los pronunciamientos en México, en Oaxaca, en Puebla, en Sinaloa, en Sonora y finalmente en Jalisco.  Además en el sureste había aparecido la guerra de castas, y en el resto del país se miraba la guerra extranjera con indiferencia, procurando evitar los perjuicios de ella como sucedió en el sureste, donde un grupo de traidores proclamó algún tiempo después la neutralidad y aún la próxima secesión de Yucatán y Campeche en la guerra entre México y los Estados Unidos.

  Este mismo día el comandante yanqui Fiterkugh, al mando de una escuadra de buques de guerra, bloquea el puerto de Veracruz en una flagrante violación a La soberanía de México, y de la cual el gobierno de los Estados Unidos no ofrece ninguna explicación ya que aún no existía el estado de guerra entre los dos países y las relaciones diplomáticas no se habían interrumpido.     

 
 
 

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